2018/Grupo11/DimensionamientoComercial
[Análisis del sector industrial y regional]
Alfajor, dulzura originaria del mundo árabe, (proviene de al-hasú, que significa “relleno”), llegó primero a Europa, y con la colonización, a América del Sur donde se encuentran antecedentes desde por lo menos el siglo XVIII, fue difundido en América durante el periodo colonial. La variedad se compone de dos o más galletas unidas por un relleno dulce y generalmente bañadas en chocolate, glaseado o azúcar en polvo. El relleno suele ser de dulce de leche, aunque también existen alfajores de frutas, mousse de chocolate y diferentes rellenos.
En la Argentina el alfajor alcanzó su mayor éxito hasta convertirse en una golosina imbatible en quioscos y otros comercios: se comen en el país 900 millones de unidades por año, lo que moldea un negocio de $ 7000 millones anuales. Aún en tiempos de caída del consumo, este producto se mantiene como la golosina más comprada por los argentinos. Según datos de la Asociación de Distribuidores de Golosinas y Afines (Adgya), cada habitante come 1 kilo por año, lo que, a un peso promedio de 50 gramos por alfajor, arroja una cifra anual de 20 unidades por persona. Otro detalle: en un mercado cuya facturación a nivel nacional aumentó 32% en 2014 y en el que hay que tener en cuenta un alto grado de informalidad, el impulso está dado fundamentalmente por los alfajores triples, que han restado protagonismo a los simples.
Es posible segmentarlos en tres grupos, bien diferenciados:
-Industriales
-Regionales
-Premium
-Regionales Están presentes en los distintos puntos turísticos del país. En su mayoría son PyMEs familiares, o micro emprendimientos. Prácticamente todas las provincias argentinas tienen su alfajor autóctono, y algunos de ellos se siguen fabricando en forma artesanal. En su mayoría llegan al mercado con puntos de ventas propios. Hacia 1851 en la localidad de Arocena (Provincia de Santa Fe) Don Manuel Zampatti, alias Zapatín, comenzó a elaborar una variante del ya conocido alfajor. La misma consistía en una golosina compuesta por tres galletas horneadas, pegadas con dulce de leche y bañada con azúcar. Siendo éste el primer alfajor conocido en la República, llegando a lo que tradicionalmente se lo conoce como alfajor santafesino. El Coronel Néstor Fernández lo llevó a la batalla de Caseros y fue cuando el ejército lo probó y se popularizó tanto que el General Justo José de Urquiza se hacía llevar a su estancia San José de Entre Ríos un cargamento semanal de estos alfajores. Por otra parte en Córdoba fueron creados en 1869 por el químico francés Augusto Chammás. También se elaboran en las provincias de Santiago del Estero, de Tucumán, y en la ciudad de Mar del Plata se elaboran los famosos Havanna y en general en la mayoría de los lugares turísticos de Argentina. Entre los alfajores regionales argentinos se destacan el cordobés, relleno de dulces de fruta (generalmente de membrillo), el santafesino, de no menos de tres tapas hojaldradas pegadas entre sí con mucho dulce de leche y todo el conjunto glaseado (se pueden reconocer las preparaciones industriales por no disponer del baño en la parte inferior, ya que se lo realiza sobre placas). También en Santa Fe se puede adquirir el Rogel, de iguales características, pero más grande (del tamaño de una torta chica) y el Tucumano que es conocido también como clarita, está hecho con unas galletitas crocantes como tapas y relleno de dulce hecho con miel de caña. A su vez, en Argentina son muy apreciados y consumidos los alfajores de maicena (tapas hechas a base de almidón de maíz, dulce de leche como relleno y coco rallado alrededor de la unión del alfajor).
-Industriales Son elaborados empleando máquinas –usualmente de origen italiano- de última generación, lo que permite garantizar homogeneidad en la producción y ausencia de la manipulación de personal. Las marcas apuntan al consumo masivo, y en algunos casos ellas mismas logran la identificación del producto. El alfajor lleva elaborándose y consumiéndose desde tiempos coloniales en territorios que a día de hoy son parte de la Argentina. Es una golosina de producción masiva su producción se remonta a la década del '50 en la costa atlántica argentina. Marcas como Havanna y Balcarce son las primeras, desarrollándose posteriormente otras que suman más de 30 distintas en kioscos y supermercados. Las estadísticas de 2004 indican que en la Argentina, sus habitantes consumen 6 millones de alfajores al día. Es tal la variedad, que en las góndolas de los supermercados pueden encontrarse hasta 34 tipos diferentes de este producto. Dentro de esta clase de alfajores, se encuentran los "alfajores triples", los cuales poseen 3 tapas unidas entre sí con dulce de leche y están todos bañados en chocolate (blanco o negro). Se consumen 6.000.000 de alfajores al día, a promedio de 70 unidades por segundo, y es el mayor productor mundial de este dulce. El éxito del alfajor en el país es tan grande que las 6 millones de unidades al día no incluyen las ventas de masas caseras hechas en panaderías o pastelerías.
-Premium Se caracterizan por tener un packaging más sofisticado y apuntan a un segmento socioeconómico alto. En Argentina, se comercializan en cadenas de delicatessen y gourmet; en el exterior, los residentes argentinos son los mayores demandantes de esta golosina nacional, aunque debido a la participación en distintas ferias alimentarias y a la realización de promociones en el exterior están llegando a otros consumidores. En este segmento, es donde se logra un margen de beneficio más importante por kilo de producto.
Hace algunos años, los empresarios del sector alfajorero, empezaron a explorar la posibilidad de que este producto, con tanta tradición argentina, pudiera ser comercializado en el exterior. Los alfajores comenzaron a exportarse en principio hacia los países vecinos, donde ya se los conocía, y luego se apuntó hacia destinos más alejados. Actualmente los alfajores argentinos pueden encontrarse en más de 40 países, entre ellos Israel, Estados Unidos, Francia y Australia. Algunos datos recopilados hasta el año 2007 indican que se exportaron 4810 toneladas valuadas en 9,2 millones de dólares, marca que representó el record histórico de ventas de alfajores en volumen y valor. Respecto del 2006, el valor promedio por tonelada exportada creció un 6%, alcanzando los 1917 US$/tonelada, lo que cambió la tendencia decreciente que se observaba desde principios del quinquenio. Al analizar las operaciones de 2007 por destinos, se verifica que el 77% de las ventas externas totales en dólares se concretaron con los países limítrofes, y que más de la mitad de ellas se realizaron con Chile. Nuestro vecino trasandino es, desde el año 2005, el mayor comprador de alfajores argentinos. En el período enero - mayo de 2008, se concretaron operaciones por 2110 toneladas valuada en 4,3 millones de dólares. Se exportó un 55% y 53% más en volumen y valor, respectivamente, que en los primeros cinco meses de 2007. Los valores cerrados en 2008 son aproximadamente la mitad del total exportado el pasado año, información que confirma la demanda creciente y sostenida que existe en el mundo por los alfajores argentinos. Hace muchos años que los argentinos de todas las edades son consumidores de este singular alimento. Ahora se ha comenzado a transitar con perspectivas firmes la senda de la exportación, poniendo a disposición de todo el mundo un producto que va convirtiéndose en un nuevo emblema de los alimentos argentinos.